León XIV es el nuevo Papa

“¡La paz esté con todos ustedes! Queridísimos hermanos y hermanas, este es el primer saludo de Cristo Resucitado, el Buen Pastor que dio la vida por el rebaño de Dios. También yo quisiera que este saludo de paz entrara en sus corazones, llegara a sus familias, a todas las personas, dondequiera que estén, a todos los pueblos, a toda la tierra. ¡La paz esté con ustedes!”
Palabras de León XIV, durante su primer discurso tras ser elegido Papa
Este jueves 8 de mayo de 2025, a las 18:07 (hora local), la fumata blanca anunció que el Cónclave (los 133 cardenales llamados a elegir al 267º Romano Pontífice) hizo lo propio tras el cuarto escrutinio.
«Annuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam!», (“Les anuncio con gran alegría: ¡Tenemos Papa!”). Así lo exclamó, desde el Balcón central de la Basílica de San Pedro, el Cardenal Protodiácono Dominique Mamberti, antes de comunicar a Roma y al mundo el nombre del nuevo líder de la Iglesia Católica: Robert Francis Prevost, quien ha tomado el nombre de León XIV.
León XIV eligió este nombre en memoria de León XIII, el Papa de la primera encíclica social, Rerum Novarum. Es el primer Papa agustino y el segundo Pontífice del continente americano, después de Francisco, aunque a diferencia de Bergoglio, el estadounidense Robert Francis Prevost, de 69 años, es originario de América del Norte.
El nuevo obispo de Roma nació el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, Illinois, Estados Unidos. Es hijo de Louis Marius Prevost, de ascendencia francesa e italiana, y de Mildred Martínez, de ascendencia española.
«Estamos muy contentos, espero que sea un don, de verdad, porque él lo es para la Iglesia. Que es lo importante», declaró a los medios vaticanos el Prior General de los Agustinos, el padre Alejandro Moral Antón. «Estamos contentos como agustinos, queremos que sea un servidor».
En su primer discurso desde el balcón central de la basílica de San Pedro, León XIV subrayó los principios de justicia, paz y sinodalidad, y citó a San Agustín cuando dijo: «Somos peregrinos hacia una patria verdadera».
Última actualización: 08/04/2025
Fuente: vaticannews
“Dios nos quiere bien, Dios los ama a todos, ¡y el mal no prevalecerá! Todos estamos en las manos de Dios. Por lo tanto, sin miedo, unidos mano a mano con Dios y entre nosotros, sigamos adelante. Somos discípulos de Cristo. Cristo nos precede.”
Palabras de León XIV, durante su primer discurso tras ser elegido Papa
La Biblia constituye 73 libros que, a su vez, conforman el Antiguo Testamento (46) y el Nuevo Testamento (27); el primero de ellos es referencia sagrada para judíos y cristianos, y el segundo es respetado solo por los cristianos.
El Antiguo Testamento no es lo mismo que la Torá, el libro de la Ley de los judíos. La Torá es el nombre que se le da a los primeros cinco libros de la Biblia, que son Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.
El Nuevo Testamento registra el primer siglo del cristianismo. El núcleo es la historia de Jesús, los hechos de los primeros apóstoles y las cartas apostólicas. Acá se incluyen los cuatro evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan), que cuentan la vida de Jesús y su mensaje de gracia.
El término gracia deriva del latín “gratia”, que significa benevolencia, favor o beneficio que se recibe sin ningún tipo de merecimiento. En el contexto bíblico, la gracia se refiere al regalo de salvación y vida eterna que recibimos a través de Jesús, pese a las sentencias que pesan sobre nosotros, a causa del pecado.
El término evangelio significa “buena noticia”, y se refiere a la oportunidad de redención que significa el hecho de un nuevo pacto entre Dios y la humanidad, una reconciliación, que solo es posible a través de Jesús, el Cristo, el Mesías, el hijo de Dios, quien aceptó dar su vida para hacer posible esa nueva alianza. En el libro de Isaías se dice al respecto: “Que hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que trae la buena noticia”.